Ana María Matute, autora española de gran renombre y prestigio, murió el pasado 25 de junio, tenía 88 años bien vividos y plenos. Comenzó a escribir a muy temprana edad, durante su infancia, mientras se recuperaba de diversas enfermedades; vocación decidida que la llevó a publicar su primer obra a los 17 años: Pequeño teatro. Fue una estupenda escritora de relatos infanto juveniles, obras que se caracterizan por la expresión lírica, sugerente y cuidadosa con tramas que en su ruptura nos remiten a los sueños, a veces en esa lógica un poco delirante que entremezcla lo real con lo ficticio, provocando la disolución de la certeza y exigiendo la participación activa del lector o lectora. Detrás subyacen de manera provocativa los cuentos de hadas tradicionales a los que saca hilos y reflexiones contemporáneas que actualizan el mito. He disfrutado de manera muy especial la colección medievalista: La torre vigía (1971), Olvidado rey Gudú (1996) y Aranmanoth (2000). Sin olvidar su antología Todos mis cuentos (2000) editada por Lumen y en donde se encuentran, entre otros relatos: “Sólo un pie descalzo” texto ganador del Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil 1984 y “El verdadero final de la Bella Durmiente”. Obtuvo el Premio Cervantes en 2010.
Dejo ahora un breve fragmento que nos atrapa en su encanto sugerente y rítmico:
“Pasó el tiempo, y tiempo sobre el tiempo. Los años borran los años, se pierden los días, los minutos huyen de los minutos. Los niños de la Casa habían desaparecido. Cada uno tomó su camino y nunca regresó. Como todos los niños del mundo.
Alguna vez, a lo a lo largo de su vida, Gabriela perdió un sólo zapato. Entonces acudían a su memoria ráfagas, retazos de un país y de unas criaturas que ella conoció y a las que creyó pertenecer. Porque todo lo que se vive permanece de alguna manera en quienes lo vivieron y donde se vivió. En esos momentos, Gabriela sentía una rara añoranza, aunque sin saber de qué. Y enseguida lo olvidaba. Porque el corazón humano es un desconocido, del que sólo se sabe que siempre anduvo -y acaso siempre andará- con sólo un pie descalzo.” (“Sólo un pie descalzo” 321).

Matute, Ana María. Todos mis cuentos. Ilustr. David Molinero. Barcelona: Lumen, 2000.