Autora: Laura Guerrero Guadarrama
“Hay un mundo
a la vuelta de la esquina de tu mente,
donde la realidad es un intruso
y los sueños se hacen realidad…
Puedes escaparte hasta él a voluntad,
No necesitas contraseña secreta,
varita mágica, ni lámpara de Aladino;
sólo hace falta imaginación
y curiosidad por las cosas que nunca existieron.” (Page)
La literatura apunta hacia nosotros, es una gran metáfora de nuestro mundo, parte del aquí y del ahora para conducirnos a miles de posibilidades imaginarias. Una de las vertientes más atractivas, como señala Todorov, es la literatura fantástica que juega con las dicotomías: realidad o sueño, verdad o ilusión; este género se establece en la duda, en el instante de la indecisión; porque en un cosmos que reconocemos como el nuestro, el entorno en el cual habitamos, surge algo imposible o extraordinario, algo difícil e imposible de explicar.
El que observa (personaje y/o lector) debe decidir si se trata sólo de un juego de su mente, de un truco, o si fue verdad; esto es, debe decidir si lo que ha acontecido es real. El lugar de esta incertidumbre lo ocupa lo fantástico y el corazón de lo fantástico está en lo insólito, en lo no esperado, en lo sorprendente.
“El sueño de Chuang-Tzu
Chuang-Tzu soñó que era una mariposa y no sabía al despertar si era una hombre que había soñado ser una mariposa o una mariposa que ahora soñaba ser un hombre.”
(Hebert Allen Giles 14)
En la incertidumbre el personaje duda y duda el lector, se establece el pacto de lo fantástico.
Los géneros literarios que son vecinos de lo fantástico son: lo extraño y lo maravilloso. Si existe una explicación lógica para lo sucedido, entonces el texto habla de algo raro pero que entra en el dominio natural. Si, por el contrario, se acepta que fue algo sobrenatural que no produce una reacción de alerta en los personajes ni en el lector hablamos de lo maravilloso, porque “la característica de lo maravilloso no es una actitud hacia los acontecimientos relatados sino la naturaleza misma de esos acontecimientos.” (Todorov 45). Dominio de los cuentos de hadas o cuentos folclóricos, de la fantasía, la alta fantasía o fantasía épica.
Los autores que escriben dentro de estos géneros proponen aventuras misteriosas, encuentros inesperados, ambientes exóticos, a veces, inexistentes. Ponen en ejercicio la imaginación y la fantasía del lector, exigen que sepamos inventar con él y aceptar lo insólito. Para Julio Cortázar, lo fantástico “es el derecho al juego, a la imaginación, a la fantasía, el derecho a la magia”.
Los temas de lo fantástico, de lo extraordinario y de lo maravilloso son muy variados, se ha intentado hacer un catálogo de sus posibilidades, mas es imposible restringir todas sus formas, algunos son:
a) el pacto con lo demoniaco,
b) el alma en pena,
c) la búsqueda de la inmortalidad,
d) la muerte personificada,
e) el laberinto,
f) los vampiros, en todas sus variantes;
g) la estatua, la muñeca o los juguetes que cobran vida,
h) la maldición que provoca una enfermedad o una plaga,
i) el doble,
j) las paradojas del tiempo,
k) una pesadilla que se convierte en realidad o un momento real que se torna en pesadilla,
l) los fantasmas que vienen al mundo real y son letales,
m) la búsqueda del objeto mágico salvador o redentor.
En fin, las posibilidades son infinitas. Michael Ende se atreve a hacernos “Cuarenta y cuatro preguntas al amable lector” que pueden desencadenar un relato fantástico, de éstas les hago a ustedes sólo cinco:
“Si cambian nuestras representaciones de la realidad ¿cambia también la realidad?
Cuando varias personas leen el mismo libro, ¿leen realmente lo mismo?
¿Dónde tiene lugar lo que sucede entre un lector y su libro?
¿Qué hacen los personajes de un libro cuando nadie lee el libro?
Si realidad tiene algo que ver con “realizar”, ¿qué realidad tiene un sueño?
¿Hay libros que le hacen a uno enfermar o recobrar la salud?
¿Comprobará usted si han sido de verdad cinco preguntas o se fía de mi palabra?”
(63-65)
La literatura fantástica nos liga con la sorpresa, despierta los sentidos y nos pone en estado de alerta. La imaginación se alegra del cambio, hay un reto para el que está preparada, puede recrear y vivenciar mundos insólitos, personajes cuyas acciones la ponen en el predicamento de lo sobrenatural.
Michael Ende señaló que cuando escribía La historia interminable “había iniciado con Bastián, mi pequeño protagonista, el largo y aventurero viaje por Fantasía, no sabía en absoluto dónde iba a estar la salida de Fantasía que nos posibilitaría a ambos el regreso a la realidad exterior” (“Sobre el eterno infantil” 247).
Creador y recreador, autor y lector vivimos el texto, lo hacemos parte de nuestra experiencia, participamos de los hallazgos y de los retos, de los conflictos y temores. Crecemos, maduramos y gozamos.
Bibliografía
Ende, Michael. Carpeta de apuntes. Madrid: Alfaguara, 1996.
Todorov, Tzvetan. Introducción a la literatura fantástica. México: Premia, 1981.
Page, Michel y Robert Ingpen. Enciclopedia de las cosas que nunca existieron. Criaturas, lugares y personas. Trad. Juan Manuel Ibeas. 10a ed. Madrid: Anaya, 1996.
Ilustraciones:
Bardasano, José. “Los aluxes” Nosotros. Libro de lectura para tercer año.
—. “Tradición zopoteca Tatooi”